Más allá del consenso sobre el cambio climático
Informe de la Conferencia Internacional de la Academia Húngara de Ciencias, Budapest por Demetris Koutsoyiannis
La Academia Húngara de Ciencias está estrechamente vinculada a la climatología, ya que fue el lugar donde el mayor climatólogo de la historia, Milutin Milanković, desarrolló su teoría. Nota: utilizo el término tradicional climatología para referirme a la ciencia del clima, ya que no me agrada el término posmoderno ciencia del clima, que en esencia equivale a una sofistería climática.
Mi humilde persona junto con el impulsor del evento, el profesor László Szarka, bajo la placa dedicada a Milutin Milanković en la Biblioteca de la Academia Húngara de Ciencias. La inscripción dice lo siguiente:
«Al geofísico y astrónomo serbio Milutin Milanković se le permitió pasar su período de internamiento durante la Primera Guerra Mundial (1914–1918) realizando trabajos de investigación en la Biblioteca de la Academia Húngara de Ciencias. Aquí se sentaron las bases de la teoría que vincula los cambios climáticos a largo plazo con factores astronómicos que influyen en la cantidad de energía solar recibida por la Tierra».
La Academia Húngara de Ciencias está estrechamente vinculada a la climatología, ya que fue el lugar donde el mayor climatólogo de la historia, Milutin Milanković, desarrolló su teoría. Nota: utilizo el término tradicional climatología para referirme a la ciencia del clima, ya que no me agrada el término posmoderno ciencia del clima, que en esencia equivale a una sofistería climática.
Mi humilde persona junto con el impulsor del evento, el profesor László Szarka, bajo la placa dedicada a Milutin Milanković en la Biblioteca de la Academia Húngara de Ciencias. La inscripción dice lo siguiente:
«Al geofísico y astrónomo serbio Milutin Milanković se le permitió pasar su período de internamiento durante la Primera Guerra Mundial (1914–1918) realizando trabajos de investigación en la Biblioteca de la Academia Húngara de Ciencias. Aquí se sentaron las bases de la teoría que vincula los cambios climáticos a largo plazo con factores astronómicos que influyen en la cantidad de energía solar recibida por la Tierra».
Era la primera vez que visitaba Hungría, aunque siempre he sentido un gran aprecio por el país y por su gente. Considero a los húngaros una excepción dentro de la decadente Unión Europea. Mi visita no solo confirmó esta opinión, sino que la reforzó. Quedé particularmente impresionado por Budapest, una ciudad que ha conservado la grandeza que tenía antes de la guerra. Los edificios destruidos durante la Segunda Guerra Mundial han sido restaurados en su forma original. Mantienen las antiguas tradiciones europeas, una de cuyas manifestaciones —en beneficio de mi humilde persona— es el respeto hacia las personas mayores. Por ejemplo, los ancianos podemos utilizar el transporte público sin billete…
El presidente de la conferencia, el profesor Gábor Náray-Szabó, dejó claro que la Academia es fiel al dogma climático «ortodoxo», con la excepción de un académico que aparece en la fotografía anterior. No obstante, la Academia acogió un evento destinado a presentar puntos de vista contrastantes sobre el cambio climático. Inicialmente se había previsto un formato de debate entre posiciones opuestas («azul-rojo»), pero, según se me informó, la Sección de Ciencias de la Tierra no aceptó la idea. Nada sorprendente, por supuesto. Los fanáticos climáticos son incapaces de entablar cualquier tipo de diálogo científico, probablemente porque ello dejaría al descubierto su desnudez científica.
Mi presentación en la conferencia puede descargarse más abajo o desde el sitio web del equipo de investigación Itia.
Los principales puntos que expuse se resumen en mi decálogo climático, que recoge los resultados fundamentales de mis investigaciones recientes. Obsérvese que utilizo el término decálogo en su sentido griego original, con δέκα («diez») y λόγος («consideraciones racionales»), y no en el sentido habitual en inglés de «Diez Mandamientos».
Decálogo climático
- El cambio climático es real —y también la crisis climática (pero solo en la política).
- El cambio climático ha existido a lo largo de toda la historia de la Tierra, de 4.500 millones de años.
- La crisis climática es una cuestión puramente política, sin relación con el mundo real.
- No existe efecto invernadero (GHE), ni gases de efecto invernadero (GHG), en la atmósfera.
- Son términos engañosos, cuyos significados reales son efecto radiativo atmosférico (ARE) y gas radiativamente activo (RAG), respectivamente.
- El ARE depende principalmente del gradiente de temperatura en la atmósfera.
- En equilibrio (atmósfera isotérmica), el ARE es cero.
- En caso de inversión térmica, el ARE produce enfriamiento, no calentamiento de la Tierra.
- En la atmósfera estándar (con un gradiente de 6,5 K/km), el ARE está dominado por el H₂O (vapor de agua y nubes).
- El CO₂ desempeña un papel muy menor (cuantificado en un 4–5 %).
- Las observaciones centenarias de la radiación de onda larga (LW) no muestran cambios en el ARE.
- El aumento sustancial de la concentración atmosférica de CO₂ no ha producido una señal discernible.
- No existe prueba de que el aumento del CO₂ atmosférico provoque un incremento de la temperatura.
- Por el contrario, los datos paleoclimáticos y las observaciones modernas respaldan la causalidad inversa: el aumento de la temperatura precede al del CO₂.
- Los modelos climáticos sugieren una dirección causal opuesta a la observada en los datos.
- El balance de carbono en la atmósfera está dominado por procesos naturales.
- Las emisiones humanas de CO₂ (por la quema de combustibles fósiles, etc.) representan solo el 4 % del total.
- El aumento de la temperatura ha dado lugar a un incremento sustancial de las emisiones naturales de CO₂.
- Los datos isotópicos del carbono (δ¹³C, Δ¹⁴C) muestran cambios en la síntesis isotópica del CO₂ atmosférico, pero ninguna señal de influencia humana.
- Indican que los cambios observados están impulsados por procesos naturales.
- La dinámica del CO₂ atmosférico puede explicarse únicamente a partir de procesos naturales.
- Múltiples evidencias confirman un tiempo de residencia del CO₂ atmosférico de 4 años, a pesar de las estimaciones mucho más largas —de hasta miles de años— de la llamada «ciencia del clima».
- El aumento de la temperatura en el siglo XXI es coherente con los cambios en la radiación solar (de onda corta, SW) absorbida por la Tierra.
Mi presentación contiene varios puntos originales que no aparecen en mis publicaciones anteriores. Una adición interesante es la que se muestra en el gráfico siguiente, donde he incorporado las observaciones de los últimos tres años al resumen gráfico del artículo de 2023:
Koutsoyiannis, C. Onof, Z. W. Kundzewicz y A. Christofides,
On hens, eggs, temperatures and CO₂: Causal links in Earth’s atmosphere,
Sci, 5(3), 35, doi:10.3390/sci5030035, 2023.
Puede observarse que estas observaciones más recientes son plenamente coherentes con lo que escribimos casi tres años antes.
Las observaciones finales de mi presentación son las siguientes:
La idea del CO₂ humano como regulador del clima es empíricamente insostenible una vez que se tienen debidamente en cuenta:
- los flujos naturales de CO₂ (aprox. 25 veces mayores);
- el efecto del H₂O (vapor y nubes, aprox. 20 veces mayor);
- la enorme complejidad del sistema climático, incluido el papel de la biosfera.
Los modelos climáticos discrepan de las observaciones al invertir causa y efecto.
En sistemas complejos, los datos son soberanos, y los datos han falsado la teoría climática dominante.
El paradigma centrado en las emisiones fue un proyecto político que reclutó a la ciencia para dotarse de autoridad.
La «ciencia del clima» no es, por tanto, solo ciencia corrompida: es una instrumentación diseñada ad hoc, revestida con la bata de la ciencia mientras abandona su método.
La tarea de los científicos es matar las malas teorías y arrancar la ciencia de la política, no adoptar poses de salvadores del planeta.
P.D. Dedicado a mi querida esposa Annouska. Hoy es su onomástica, y es la primera vez en 42 años que no la celebramos, porque ya no la tengo conmigo…
Este informe fue publicado previamente en el Substack CLIMATH de Demetris Koutsoyiannis.
(Traducido para Clintel Foundation por Tom van Leeuwen.)

Demetris Koutsoyiannis
Profesor emérito de Hidrología y Análisis de Hidrosistemas en la Universidad Técnica Nacional de Atenas. Amplia experiencia en docencia, investigación, gestión y práctica ingenieril. Fuerte conexión con la realidad, forjada en el pueblo donde nació.
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