Nuevo documental climático desastroso en Netflix

El efecto Casa Blanca es el nuevo documental climático con enfoque unilateral de Netflix. Sin duda caerá muy bien entre muchos espectadores (jóvenes) de Netflix porque, según se nos dice, los políticos (estadounidenses) no hicieron ni hacen nada sobre el problema climático, bajo la influencia de “la industria petrolera”. Si tan solo eso fuera cierto.

Climate Intelligence (Clintel) is an independent foundation informing people about climate change and climate policies.

Fuente: Shutterstock

Peter Baeten
Date: 9 de noviembre de 2025

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Netflix es bastante woke, así que las posibilidades de un documental equilibrado sobre el clima no son muy altas. Aun así, El efecto Casa Blanca describe el dilema climático de la administración de Bush padre (1989-1993), el tema central del documental, de manera algo neutral. Vemos que la administración tenía dudas completamente comprensibles sobre el alarmismo climático que se manifestó a finales de la década de 1980. Incluso entonces estaba claro que reducir rápidamente las emisiones de CO2 inevitablemente tendría un costo para la economía. Por lo tanto, la pregunta era muy justificada: ¿cuán seguro y cuán fuerte era realmente el vínculo entre el calentamiento global, el los fenómenos metrológicos extremos y el CO2?

Había presión política sobre Estados Unidos porque otros países, por ejemplo en Europa, ya estaban plenamente comprometidos con la acción climática. La batalla entre “clima” y “economía” se centró en el Jefe de Gabinete John Sununu y el Director de la EPA William Reilly. Sununu (economía) salió como el ganador ideológico, y el gobierno estadounidense adoptó una postura cautelosa por el momento y no se unió (todavía) a la histeria climática.

El efecto Casa Blanca sostiene que esto se debió en gran parte a que los medios (!), escépticos climáticos malintencionados y corruptos y el lobby petrolero suprimieron la narrativa climática alrededor de 1990, y que por eso la política climática estadounidense nunca se ha recuperado realmente desde entonces. La pregunta, por supuesto, es hasta qué punto esto es cierto, pero sí es cierto que entonces había efectivamente más espacio para voces escépticas en los medios, la política y la ciencia. Pero al hacerlo, el documental socava inadvertidamente su propio argumento. Porque cuando vemos cuán libremente podían operar los escépticos alrededor de 1990, experimentamos el contraste con hoy. Nos damos cuenta aún más de cuánto se ha marginado la posición de los escépticos en las décadas posteriores (al menos hasta Trump). Hoy en día, cualquiera en los medios convencionales (excepto FOX) o en la ciencia que exprese una narrativa climática escéptica contraria es inmediatamente denunciado. Y una empresa “sospechosa” como Shell ni siquiera se atreve a alinearse con la posición de Clintel: sí, hay algo de calentamiento, el CO2 probablemente contribuye a ello, pero no, no hay una crisis climática.

Y hay mucho más que criticar. Por ejemplo, el medio ambiente y el clima se confunden nuevamente. Se presta atención al desastre ambiental del petrolero Exxon Valdez en 1989. Esto obviamente no tiene nada que ver con el clima, pero es típico del sentimiento subyacente en el documental de que la industria petrolera es simplemente terrible en todos los sentidos. En ninguna parte los realizadores añaden alguna consideración neutral sobre la utilidad económica de los combustibles fósiles. Por esa razón solamente, este documental no puede tomarse en serio.

Fuente: Shutterstock

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Además, una vez más se nos inunda con historias apocalípticas que no se cumplen. Por ejemplo, el huracán Hugo en 1989 se presenta por los alarmistas en el documental como prueba innegable del desastre que se avecina. Ahora, 36 años después, sabemos que los huracanes no están aumentando en frecuencia en absoluto. También se mencionan los incendios forestales, y estos también han disminuido en las décadas posteriores.

No obstante, El efecto Casa Blanca seguramente será bien recibido por muchos espectadores (jóvenes) de Netflix porque, ya saben, los políticos (estadounidenses) no hicieron ni hacen nada sobre el problema climático, bajo la influencia de “la industria petrolera”. Si tan solo eso fuera cierto.

Climate Intelligence (Clintel) is an independent foundation informing people about climate change and climate policies.

Traducido por Tom van Leeuwen

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