La “crisis climática” de 1695
Los registros de termómetros de siglos de antigüedad muestran que Inglaterra central se calentó 2°C en 40 años — el doble de la tasa de calentamiento moderno.
No se te podría culpar por creer que entre 1980 y 2020 experimentamos un calentamiento climático sin precedentes en los últimos 2.000 años. [algunos énfasis, enlaces añadidos]
Esa afirmación generalizada se basa en temperaturas reconstruidas (no medidas con termómetros) hasta 1850 y en temperaturas observadas (termómetros) después de esa fecha.
Sin embargo, la tecnología de termómetros sellados es aproximadamente 200 años anterior a 1850 y, cuando se utilizan esos datos, dicha afirmación desaparece.
Observa atentamente el gráfico de abajo: es el registro de termómetros más largo del mundo, que se remonta a 1659. Los datos fueron recopilados por el MET Office, el servicio meteorológico nacional del Reino Unido.
Con tres siglos y medio de datos instrumentales, ya no es un registro meteorológico; es un registro de cambio climático para Inglaterra central.
Las temperaturas fueron medidas con múltiples termómetros por muchas personas distintas, probablemente consideradas “los técnicos” de su época, y ninguna de ellas empleada para demostrar que la influencia humana estaba calentando el planeta.
Compara las tendencias de 40 años (línea discontinua negra) de 1695–1735 con las de 1980–2020.
La tendencia de calentamiento de 1695 a 1735 — 2°C en cuatro décadas — fue el doble de la de 1980 a 2020 — 1°C en el mismo período.
El calentamiento anterior ocurrió antes de la era industrial — una época en la que la tecnología se simbolizaba con barcos de vela de madera que daban la vuelta al mundo. La segunda era se caracteriza por naves espaciales en órbita, industria pesada y una enorme producción de energía.
Los ingleses vivieron entre 1695 y 1735 con un calentamiento de 2°C en 40 años, con mucha menos tecnología.
Si le hubieran preguntado al rey Jorge II si este calentamiento era una amenaza existencial para su reino, probablemente habría respondido que fue un tiempo de abundancia que llevó a la dominación inglesa.
Jorge II expulsó a Bonnie Prince Charlie de Escocia, a los franceses de Norteamérica y persiguió a los españoles por el mundo — solo porque le cortaron la oreja a un capitán inglés.
No hubo histeria por el calentamiento de 2°C a principios del siglo XVIII en Gran Bretaña, a pesar de muchas similitudes culturales con la sociedad actual.
Era un país de razonamiento científico ilustrado. Isaac Newton acababa de publicar sus leyes del movimiento y de la gravedad. También era un centro de avances ingenieriles.
- En 1709, Abraham Darby inició la Revolución Industrial con la producción masiva de hierro usando coque de carbón en lugar de madera.
- En 1712, Thomas Newcomen construyó la primera máquina de vapor comercial del mundo.
- Las finanzas nacionales se hicieron más sofisticadas con la apertura del Banco de Inglaterra en 1695.
- Y era un país envuelto en guerras irracionales aparentemente interminables, como la Guerra de la Oreja de Jenkins (1739–1742).
Al otro lado del Canal, en Francia, las temperaturas anormalmente frías de la Pequeña Edad de Hielo antes de 1695 fueron una verdadera amenaza existencial. El reinado de Luis XIV (el Rey Sol) estuvo oscurecido por condiciones agrícolas frías y húmedas desde 1687.
El hambre y la enfermedad se cobraron la vida de un 10% de sus súbditos durante los años más fríos, 1693 y 1694. El afortunado calentamiento de 1695 a 1735 puso fin a la hambruna devastadora.
Ese calentamiento fue simplemente un ciclo natural del clima, pero por primera vez fue registrado por instrumentos modernos creados por personas científicamente avanzadas.
Después, en 1736, la Pequeña Edad de Hielo regresó con fuerza: una caída repentina de 1°C en 5 años, de la cual Inglaterra central tardaría 200 años en recuperarse por completo.
Fue tan abrupta que un barco de guerra quedó congelado en el Támesis, retrasando las hostilidades relacionadas con la famosa oreja (que finalmente resultaron en que los británicos saquearan el equivalente actual de 80 millones de dólares de un galeón español).
En Francia, 1740 comenzó con 75 días de heladas, iniciando una nueva era de malas cosechas y hambre generalizada que duraría décadas. El fracaso de las cosechas de trigo contribuyó a la Revolución Francesa de 1789.
Se ha especulado mucho sobre las causas de la caída de temperatura en 1695 y el calentamiento posterior hasta 1735:
¿Fue parte de una tendencia global causada por cambios en la actividad solar? El Mínimo de Maunder (1645–1715) coincide en parte.
¿Fue la violenta erupción de clase 4 del volcán Hekla en Islandia en 1693, que bloqueó la luz solar regionalmente?
¿Fue un cambio climático regional causado por la Oscilación del Atlántico Norte?
¿O la combinación de todo lo anterior?
No lo sabemos, pero las emisiones humanas de CO₂ no pudieron ser un factor.
El registro de termómetros más largo del mundo muestra que la tasa de calentamiento de los siglos XX y XXI ya tuvo un precedente mayor y no humano hace 300 años — y que aquel calentamiento fue enormemente beneficioso para la humanidad.
Y después volvió el frío — frío extremo — tan frío “que podía congelar las bolas de un mono de bronce” (expresión naval británica de la época).
Quizás Jorge II no se habría sorprendido si el calentamiento de 1695 se repitiera parcialmente en 1980. Las acciones divinas ocurren — y nadie rechaza un periodo de abundancia.
Pero sí se habría sorprendido de escuchar que sus sucesores afirmaban que la influencia humana causó el calentamiento de 1980.
Entonces, ¿qué causó el calentamiento de 1695?
Imagen superior: Las Ferias del Támesis sobre hielo tuvieron lugar durante la Pequeña Edad de Hielo, cuando el río se congeló lo suficiente como para albergar personas, mercados y festividades. Imagen de dominio público de Wikimedia (EE. UU.).
Traducción por Tom van Leeuwen

Ron Barmby
Ron Barmby es ingeniero profesional con una maestría. Su trayectoria profesional de cuatro décadas en geociencias lo llevó a más de 40 países en cinco continentes. Su trabajo abarcó la mayoría de las disciplinas técnicas utilizadas en la ciencia del clima y la tecnología de cero emisiones netas, incluyendo física clásica, termodinámica, geología, paleoclimatología, modelado computacional, teledetección satelital, metalurgia, economía y metodología estadística. Su primer libro, «Luz solar sobre el cambio climático: Una guía hereje para la histeria climática global», propició que expertos científicos de renombre mundial compartieran sus investigaciones, lo que le permitió escribir «El ocaso del cero neto: Una guía hereje para el inútil objetivo de CO2».
Este artículo fue publicado el 3 de noviembre de 2025 en climatechangedispatch.com.
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