La disolución inevitable del culto climático
El colapso del Acuerdo de París y el desenmascaramiento de la ilusión del cero neto nunca fueron difíciles de prever para cualquiera que conservara un mínimo de honestidad intelectual. No hacía falta un título académico rimbombante ni un posgrado avanzado. La advertencia estaba grabada profundamente en la piedra de la realidad energética, algo que ningún comunicado de prensa, ningún lobby activista ni ninguna fundación financiada por multimillonarios podía borrar.



